A menudo demonizado, ¡el chocolate sería bueno para la salud! Adorado por su sabor, se consumía y consideraba "la comida de los Dioses" durante la Antigüedad. El chocolate despierta además mucho interés entre los científicos debido a su composición en ácidos grasos, polifenoles y teobromina, que se cree que es la causa de posibles efectos sobre la salud, especialmente en el sistema cardiovascular y el bienestar mental.
¡Te revelamos todos sus secretos!
Es un antidepresivo natural
El chocolate reduce la fatiga mental y física al favorecer la liberación de neurotransmisores en el cerebro como la serotonina, la hormona de la felicidad. Permite enriquecer la alimentación de las personas depresivas que con demasiada frecuencia tienen deficiencias.
Además, su riqueza en magnesio contribuye a un efecto de relajación mejorando tanto el funcionamiento emocional como social.
Es rico en antioxidantes
Gracias a la abundancia de flavonoides presentes en el chocolate, protege el cuerpo de los daños causados por los radicales libres, moléculas agresivas e inestables. Esta protección reduce así el riesgo de enfermedades crónicas, incluso de cánceres. El efecto antioxidante del chocolate también mejora la belleza de la piel ayudando a ralentizar el envejecimiento celular.
Cuida nuestro corazón
Gracias a su alto contenido en polifenoles, el chocolate reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la cardiopatía, los infartos o los accidentes cerebrovasculares. Induce la síntesis de varios compuestos como el óxido nítrico que ayuda a bajar la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea en todo el cuerpo, favoreciendo así la relajación vascular, esencial para prevenir estas enfermedades.
Aumenta nuestra energía
Gracias a su riqueza en teobromina y magnesio, compuestos estimulantes del sistema nervioso, ¡el chocolate nos da un impulso natural! También contribuye a mejorar nuestro rendimiento cognitivo como la memoria y la atención. Sus propiedades antioxidantes actúan también como neuroprotección, previniendo la disminución de las capacidades intelectuales relacionadas con la edad, lo que lo hace particularmente interesante para combatir enfermedades como el Alzheimer.
Ayuda a regular la glucemia
Aunque se aconseja comerlo con moderación, el chocolate también participa en la utilización de la glucosa por el cuerpo. Al ralentizar la digestión y la absorción de azúcares en el intestino, los compuestos del chocolate aportan una acción antidiabética no desdeñable, especialmente para la diabetes tipo 2, llamada “diabetes mellitus”, y ayudan a reducir la resistencia a la insulina y el riesgo de obesidad.
Además, el olor del chocolate provoca la liberación de la grelina, la hormona del hambre, aumentando la saciedad y reduciendo el apetito, ayudando así a la pérdida de peso. Finalmente, el chocolate negro es beneficioso para bajar el nivel de colesterol corporal, lo que ayuda a reducir la obesidad pero también el riesgo de enfermedades coronarias, muy frecuentes en personas que sufren obesidad.
💡La insulina es la hormona de la saciedad que se produce tras una comida para limitar el aumento excesivo de la glucemia
Si los beneficios del chocolate ya no están por demostrar, es importante recordar que no todos los chocolates son iguales. De hecho, es importante privilegiar un chocolate negro con un mínimo del 60% de cacao, ya que los beneficios del chocolate se concentran en este último, y hasta 40 gramos por día (lo que corresponde a 4 cuadrados), pero nada impide darse un gusto de vez en cuando ;). Dejamos de sentir culpa y nos damos placer con alimentos que hacen bien a nuestro cuerpo y a nuestras papilas.
