Teint irrégulier, marcas persistentes, pequeñas sombras en la piel: las manchas marrones afectan a muchas mujeres y hombres. Detrás de este término se esconden diversas realidades: exceso de sol, desequilibrios hormonales, marcas de imperfecciones… Todas estas situaciones pueden conducir a la hiperpigmentación, muy lejos de estar reservada para la vejez.
¿Qué es una mancha pigmentaria?
Una mancha marrón es el resultado de una producción excesiva de melanina, el pigmento que colorea naturalmente la piel. Cuando esta melanina se acumula de manera desigual, provoca la aparición de zonas más oscuras. Estas marcas, a menudo benignas, alteran sin embargo la uniformidad y la luminosidad del tono.
Aunque a veces se les llama “manchas de la edad”, no es necesario esperar a los 80 años para verlas aparecer: pueden manifestarse desde la adolescencia, tras el acné o una inflamación cutánea, y luego más tarde por el efecto del sol y el paso del tiempo.
Las principales causas
La hiperpigmentación resulta de varios factores, a veces combinados:
- El sol: la causa más común. Los rayos UV estimulan la producción de melanina, y las exposiciones repetidas terminan dejando una huella duradera.
- El envejecimiento cutáneo: con la edad, la piel se renueva más lentamente y conserva más las marcas de las agresiones pasadas.
- Las variaciones hormonales: embarazo, menopausia o la toma de ciertos anticonceptivos pueden desencadenar un melasma, a menudo llamado “máscara del embarazo”. Se manifiesta por zonas pigmentadas simétricas en el rostro, especialmente en las mejillas, la frente y el labio superior.
- Las inflamaciones de la piel: cicatrices de acné, rozaduras o irritaciones pueden dejar marcas pigmentadas persistentes.
¿Dónde aparecen?
Las manchas marrones se localizan sobre todo en las zonas más expuestas a la luz: el rostro, el cuello, el escote, el dorso de las manos, a veces los hombros.
¿Se pueden prevenir?
Aunque forman parte del ciclo natural de vida de la piel, algunos ven en las manchas marrones un signo de experiencia, otros las consideran una sombra sobre el brillo del tono. Entonces, ¿qué hacer cuando se desea preservarlas? Algunos gestos simples pueden realmente marcar la diferencia:
- Usar cada día una protección solar adecuada.
- Evitar exposiciones prolongadas, especialmente en las horas más intensas.
- Mantener una rutina de cuidados regular que estimule la renovación celular y preserve la uniformidad del tono.
- Proteger la piel suavemente, para reducir las inflamaciones que pueden dejar marcas.
Las manchas marrones cuentan la historia de la piel: sus veranos soleados, sus cambios hormonales, sus imperfecciones a veces. Comprender sus mecanismos es ya prevenirlas mejor y preservar la belleza de un tono uniforme y luminoso.