La nutriécologie : mieux manger, du champ à l’assiette - Epycure

NUTRITION La nutriécologie : mejor comer, del campo al plato

Nuestros modos de vida, y más particularmente nuestra manera de comer, pueden plantear problemas hoy en día. En efecto, nuestros sistemas alimentarios, bastante poco sostenibles y saludables, impactan negativamente la biodiversidad y contribuyen al calentamiento climático. En un contexto donde la ecología se ha convertido en un desafío mayor, la nutriecología nace. ¿Sería esta la solución más eficaz para alimentarse cuidando la salud mientras se protege el planeta?

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La nutriecología: ¿cómo funciona este modo alimentario?

La alimentación es uno de los ámbitos donde somos más dependientes del mundo vivo. Sin embargo, nuestros sistemas alimentarios impactan muy fuertemente la flora y la fauna, el mantenimiento de los recursos, la fertilidad de los suelos, etc. Así, además de ser perjudiciales para la salud humana, estos sistemas alimentarios destruyen poco a poco lo que nos hace vivir.

Si una alimentación natural y equilibrada es particularmente beneficiosa para nuestra salud y bienestar, también lo es para que nuestro planeta siga siendo rico y habitable. 

Desarrollar sistemas alimentarios que concilien tanto los desafíos nutricionales como ecológicos, ese es todo el desafío de la nutriecología, un concepto desarrollado por el nutricionista Christian Rémésy en su libro La Nutriécologie - Le seul futur alimentaire possible. La ambición de esta nueva disciplina es mostrar que cuidando bien de cultivar y alimentar el planeta, se pueden obtener numerosos beneficios para nuestro bienestar y salud. Para ello, cada uno debe tomar conciencia de que alimentarse en armonía con el medio ambiente es bueno para la salud pero también para el planeta.

Los 5 principios de la nutriecología

Parece esencial salir del sistema alimentario actual, producir y comer de otra manera para preservar nuestra salud y la del planeta. En este contexto, productor, industrial, distribuidor, político o consumidor, todos tenemos un papel que desempeñar. Les presentamos los 5 principios de la nutri-ecología cuyo objetivo es responsabilizarnos.

  1. Del lado del consumidor, la nutriecología consiste en abandonar los malos hábitos de nuestra alimentación (demasiado rica en proteínas animales y alimentos ultraprocesados) para ir hacia una dieta que dé protagonismo a los productos vegetales, cercana a la dieta mediterránea. Es todo un beneficio: se (re)descubre la riqueza de la biodiversidad vegetal: verduras, frutas, pero también oleaginosas y legumbres (como habas, guisantes, lentejas cuyas variedades son numerosas)… Todo mientras se reduce el presupuesto alimentario en un 20%. Como decía un anuncio promedio, no cuesta más comer bien. Una buena manera de empezar es adoptar el comportamiento eco-vegetariano, que combina salud y ecología: se trata de consumir 3/4 de productos vegetales y 1/4 de productos animales de alta calidad (frente a respectivamente 1/3 y 2/3 actualmente en Francia).

  2. Del lado de los agricultores, adoptar la nutriecología permitiría salir del callejón sin salida de la agricultura convencional y crear la agricultura del mañana, más sostenible. La nutriecología impone por supuesto descartar definitivamente la agricultura productivista y las explotaciones industriales y asociar los avances de la agricultura ecológica, sin pesticidas, con los de la agroecología, que preserva la calidad de los suelos. En este sentido, la asociación de cultivos y ganadería, conocida bajo el término un poco técnico de “policultivo-ganadería”, es una buena palanca para lograrlo: los cultivos biológicos alimentan a los animales de granja que a su vez alimentan los cultivos. Además de enriquecer los suelos y hacer las explotaciones más sostenibles, los productos son de mucho mejor calidad y el agricultor puede ahorrar en el costo de insumos químicos. Esto depende obviamente de la implicación de toda la población y de la reducción importante del consumo de carne.

  3. Del lado de los industriales, la nutriecología cuestiona las prácticas de la industria agroalimentaria y la anima a abandonar el refinado y el uso excesivo de sal, azúcar, grasas y aditivos para preservar la calidad y naturalidad de los alimentos. Para ello, valora especialmente las técnicas de transformación más suaves que multiplican los beneficios para la salud de los alimentos. Por ejemplo, la fermentación es un proceso de transformación alimentaria tan antiguo como el mundo que permite transformar el sabor y los aromas de un alimento y optimizar su conservación gracias al uso de bacterias o levaduras. Este proceso natural representa un elemento clave del modelo alimentario del mañana pues es sin impacto en el medio ambiente y la salud humana

  4. La gran distribución también tiene su papel que jugar. Si hoy en día ofrece una gran cantidad de productos saludables, también ofrece muchos productos ultraprocesados, malos para la salud. La nutriecología incita por tanto a los distribuidores a limitar y aislar estos productos ultraprocesados y a ofrecer un surtido de productos biológicos y saludables, principalmente vegetales, que faciliten tanto un buen equilibrio alimentario como una mejor huella ecológica. Las AMAP, que valoran el comer local, son un excelente ejemplo de lo que puede dar la transformación de la distribución. Se abastecen de agricultores locales y así ofrecen productos locales y saludables, cultivados en una explotación a escala humana. 

  5. Por último, los representantes políticos aún no dan las claves para resolver concretamente los problemas de nuestro sistema alimentario. La nutriecología debe servir de referencia, lo que implica la implementación de una política alimentaria clara para acompañar a todos los actores en estos cambios profundos. Una de las palancas más eficaces de los poderes públicos es la contratación pública: orientando las prácticas de la restauración colectiva (comedores escolares, residencias de ancianos, hospitales…) hacia la nutriecología, el impacto ecológico sería considerable, y también sería un fuerte incentivo para transformar toda la cadena agroalimentaria. Otra palanca importante sería la integración de la protección del medio ambiente y del futuro de la agricultura en las recomendaciones nutricionales, para destacar el vínculo entre la calidad nutricional de un alimento (fibras, vitaminas, minerales, etc.) y sus condiciones de producción. 

¿Qué implica realmente esto?

La adopción de la nutriecología supone que cambiemos profundamente nuestros hábitos alimentarios, y en particular nuestro consumo de productos de origen animal que forma parte integral de la gastronomía francesa. Desafortunadamente, estos hábitos alimentarios están muy arraigados en nuestro día a día y pocos logran modificarlos.  

Para favorecer la toma de conciencia, tómense el tiempo de descubrir Cultivons-Nous, el canal de TV digital del buen comer! Es un primer paso para informarse más sobre el tema de la agroecología y para comprender el recorrido de los productos que comemos. ¡El equipo de Epycure ya está conquistado!

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